Las lámparas de sobremesa marcan la diferencia en la escenografía de un hogar. Su habilidad para dar lustre a cualquier estancia las convierte en objetos comodín. Según la preferencia, su iluminación aportará esplendor a un recibidor, un salón, un comedor o una habitación. Además, este tipo de lámparas reúne las cualidades anheladas en un objeto de decoración. Por un lado, su funcionalidad garantiza la comodidad en su empleo. Por otro, la diversidad de estilos que contempla a estas efectivas piezas aumenta las opciones de elección.
Clásico, moderno, vintage, de diseño, infantil… Cada tendencia dibuja un contraste acorde al rincón donde se ubiquen estas lámparas de sobremesa. La predilección irá en consonancia con el ambiente requerido. Si un rincón solicita una atmósfera romántica, la opción ideal serán los colores pastel y las estructuras no rimbombantes. Si, por el contrario, se apuesta por un toque industrial, el aspecto de las lámparas deberá ser metálico. Por su parte, si se juega con una expresión vanguardista, las piezas seleccionadas serán más atrevidas e innovadoras.
Las lámparas de sobremesa contribuyen, pues, a fabricar atmósferas de sensaciones. En unas coyunturas, como complementos de la decoración y, en otras, articulando la ornamentación de una habitación. Eso sí, la característica común es la iluminación que desprende cualquiera de los modelos que elijamos. La calidez destaca en todos los casos. Así, una mesilla de noche pide una claridad tenue en los momentos previos al sueño. Mientras, una mesa a media altura puede mejorar un ambiente de conversación en un salón. Este efecto se consigue si la lámpara de sobremesa proyecta una iluminación delicada.
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